Monday, November 27, 2006

Y aquí vamos de nuevo….

Los bits y los bytes danzaban sin parar dentro de los cuarenta gigas del disco duro de una notebook. Nombres, secretos, personalidades políticas y públicas, codificadas en código binario eran evidencia digital de que en la nación del sagrado corazón y del divino niño, había algo podrido, muy podrido. Sin embargo, y lo más preocupante, es que esta situación no era sorprendente, es más era algo cotidiano.
Páginas de periódicos, revistas, blogs y websites, mostraron la noticia como el gran descubrimiento, ¡los paras están en la política! ... que fuerte ¿o no?.

Independencia, fue el grito que saturó las gargantas de los padres de la patria, por allá en la época de la "independencia", grito soberbio que los librillos de historia de primaria prensaron, prensan y prensarán llenándolos de arrodilladas reverencias al hecho, para que desde infantes, nuestra ignorancia crezca y lo peor se sustente bajo la mentira de que somos un pueblo libre.

Ni libres, ni libertarios, ni nada. El sueño Bolivariano es ahora la pesadilla tercermundista, en la que vivimos y nos mantenemos, esa que no cuentan los librillos de historia ni la parla romántica de los abuelos. ¿Independientes de qué?, ¿de credo?, ¿de idioma?, ¿de sistema político?... seguimos siendo esclavos, solo que de nosotros mismos, a lo que tenemos que sumarle que nos hemos convertido en una nación sumisa hacía el norte y el occidente y ahora buscamos hacer lo mismo con el oriente y hasta con el sur.

Pero desde Bolívar, “El Frustrado”, todos los padres de la patria han sabido aprender al pie de la letra la lección: Corrupción e incompetencia cubiertas por el antifaz del heroísmo. ¿Y las audiencias qué? La mayoría, como borregos, crédulos e impávidos, cambian su atención cuando se les pone un partidito de fútbol o nalguitas y tetícas y, los pocos que se cuestionan, de diestra a zurda sin importar, o se fumigan o se censuran. Al final, todo igual.

¿Y los medios y su función informativa qué? Divididos, en su mayoría, en dos grandes tendencias, la primera: la mediocridad. Reciclar y volver a decir lo que se ha dicho en cables y confundir la reportería con la entrevista. Y sí, así son, o mejor, somos, la prensa del clic. Clic en la grabadora y lista la nota, clic en el website y ya está publicada. ¿y el contexto?.. ja ja ja ja ¿Qué es eso? Dirían muchos colegas, el periodismo investigativo en Colombia, se destaca más por suerte de encontrarse con la chiva que con el verdadero ejercicio de meter el dedo en la llaga.

La otra tendencia es más terrible, más tirana, más absurda. Es aquella dónde manoseamos la información, donde un editor le corta las alas a los pocos que se atreven a sacarlas, donde se confunde a las audiencias, donde se manipula, donde se esconden las noticias, donde el periodista deja de ser un noble artesano para convertirse en una puta de la información, un puta exigente y manipuladora, que no se conforma con trasgredir todo lo que toca sino, que la mayoría de las veces, lo hace de una manera anónima.

La noticia es una, el problema es que ya no es noticia, para nadie, medianamente astuto y suspicaz, era un secreto que parte del congreso y la empresa privada estaban y están salpicados con el para-militarismo. ¿Qué se puede analizar de un cubrimiento de medios?, en mi caso, poco más a lo que ya he dicho, que la web editorializa más y que es más inmediata, pero poco contexto y poco seguimiento en ambos casos.

¿Y de la noticia que? Que los paramilitares están metidos en todo, como en otrora lo hizo el narcotráfico y la guerrilla, mientras tanto los staff de investigación sacan enormes titulares y entradillas creativas contándonos sus descubrimientos con un tono onomatopéyico, ¡! ¡! ¡! Extra ¡! ¡! ¡! , boom, el otro 8000, todo igual, del título al final del artículo, opinión por encima de información, especulación y lo peor… un aire de sobrades donde se jactan de su descubrimiento informativo, descubrimiento igual de chimbo, como el de Bolívar con su independencia.

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